Los que vuelven de entre los desaparecidos reciben, por fin, atención en un cuartucho, un patio o una
olla tilosa donde los hacen sopa. El Equipo de Antropología Forense de El Salvador alberga a decenas de desaparecidos de la guerra
civil, de la migración y de la violencia actual, donde -perdida la voz hace tiempo- sus huesos y su ropa adquieren la facultad del
habla para darles la última esperanza de reencontrarse con sus parientes vivos.