1. Este especial busca aportar a la comprensión de uno de los fenómenos delictivos más expandidos en El Salvador: la extorsión. Conscientes de que es imposible agotar toda la complejidad y los matices que entraña esta práctica, hemos elegido 3 puntos de entrada en los que creemos que queda contenido gran parte del fenómeno: el riguroso control que las pandillas ejercen en el Centro Histórico; el relato de un negocio que fue ahogado por la “renta”; y un rastreo de cómo circula el dinero por las venas de la pandilla.
2. Desde inicios de siglo, la extorsión se ha ido expandiendo hasta afectar directamente a casi todas las actividades comerciales: desde el comercio informal, hasta las grandes empresas transnacionales. En este especial hemos elaborado un pequeño muestrario de oficios que permiten tener una idea de cómo se han diversificado los tentáculos del fenómeno: se trata de cinco pequeñas historias de oficios o actividades comerciales afectadas por la “renta”.
3. La única manera oficial de medir la incidencia de extorsiones es a través de las denuncias que reciben la Fiscalía y la Policía. Las estadísticas policiales indican que los últimos cinco años el número de denuncias recibidas se ha reducido casi a la mitad: de 4,528 denuncias en 2009 a 2,480 al final de 2014. Sin embargo, la reducción tiene dos posibles explicaciones: o se han reducido las extorsiones o lo que ha reducido es la confianza en las autoridades ante las que se denuncia.
4. Muchas empresas, sobre todo de nivel mediano y grande, han decidido incluso adaptar su contabilidad y presupuestan anualmente el dinero que pagan a los extorsionistas. Varias empresas trasnacionales reconocieron a El Faro haber contratado a “negociadores”, cuyo trabajo es centralizar el diálogo con pandilleros y regatear el monto a pagar en las distintas colonias en las que deben distribuir sus productos.
5. El miércoles 25 de junio de 2014, Óscar Ortiz, el vicepresidente y comisionado presidencial para las inversiones se reunió con la Junta Directiva de la Cámara Americana de Comercio de El Salvador (AmCham). La sesión, que en términos prácticos significó el primer acercamiento del gobierno de Salvador Sánchez Cerén con las grandes empresas del país, se convirtió en una denuncia colectiva de extorsiones.
6. En la reunión entre el vicepresidente y la AmCham llevaron la voz cantante las empresas distribuidoras de servicios de electricidad, telecomunicaciones, bebidas y alimentos, que se quejaron por la extorsión que deben pagar para poder ingresar a los territorios para descargar sus productos en almacenes y tiendas. Ortiz explicó luego de la reunión que la AmCham ha elaborado un mapa que muestra el impacto de la extorsiones.
7. En la AmCham están aglutinadas más de 300 empresas, algunas grandes contribuyentes al Estado, entre las que destacan las empresas de servicios de energía eléctrica AES, CAESS y Del Sur, y las telefónicas Claro, Telefónica y Tigo. En el gremio también están la Embotelladora La Cascada e Industrias La Constancia. Todas ellas son víctimas de extorsiones.
8. La modalidad de extorsión hacia las telefónicas, a diferencia de las empresas distribuidoras de bebidas y alimentos (a las que les piden dinero a cambio de permitir la entrada a los territorios) mutó al cobro de extorsión por especie: servicios de telecomunicaciones (cable, internet, telefonía celular o fija) para dejar trabajar a los equipos técnicos o de distribución de servicios. El Faro logró confirmar esta información con mandos medios en las empresas Tigo, Telefónica Móviles y Claro.