Nombre: José Roberto Guardado Galdámez.
Ocupación: Profesor.
Edad: 50 años.
Salvadoreños matando salvadoreños. Guerrilleros vistiendo de traje, Cristiani rompiendo el protocolo y saludando a sus enemigos.Salinas de Gortari como anfitrión. Handal todavía pintaba el cabello de negro. Villalobos, con su cara de niño, parecía perdido entre los adultos. Quizá él hubiera llegado a ser el presidente. Según tengo entendido, era parte de los acuerdos que no participara en la vida política del país. Si es así, fue una buena jugada de parte de la derecha. Corríjanme si me equivoco. Lo que sí me causó una profunda emoción fue el oír la noticia de que se había llegado a un acuerdo para firmar la paz. No fue tanto por el acontecimiento, sino por la presentadora del noticiero Teleprensa de El Salvador. No recuerdo su nombre. Ella, con lágrimas, anunciaba la primicia. Era medianoche del 31 de diciembre del 91, si no mal recuerdo. Viene a mi mente su rostrolleno de alegría mezclado con lágrimas. Entre la quema de pólvora se fue regando la noticia. Al fin, mi país ya no sangraría. Eso se pensaba. Lo que vendría después sería, a mi modo de ver, peor. Siempre fui escéptico con respecto a los acuerdos, no con el ánimo de ser pesimista. Pero conozco un poco la naturaleza humana y hoy, a mis cincuenta abriles, ya con un poco de canas, recuerdo que no se trataba de una etapa existencialista por la que estaba atravesando, más bien era indiferencia, porque en el fondo sabía que no iba a cambiar mayor cosa la vida en mi país. Ojo, no soy indiferente a lo que le suceda a mi pequeño terruño. Alguien me dijo una vez, la política no es sucia, los que hacen política son sucios. Al ver hacia atrás, recuerdo muy bien que un pensamiento asaltó mi corazón: la paz no la puede dar el hombre, porque ella viene del corazón mismo de  Dios. Y sólo Él puede traerla al interior del hombre, para así liberarlo de su inclinación egoísta, que sólo busca su propio beneficio y olvida el del prójimo".