Nombre: Luis Angulo Violantes
Ocupación: Poeta y director del Palacio Tecleño y del MUTE
Edad: 34 años
La paz me agarró con las manos. Aquí va mi historia. Vivía en Santa Tecla y mi familia había quedado de reunirse en casa de mi abuela para cenar. Como era habitual, me enviaron a comprar una bebida gaseosa y pan francés a la tienda del pasaje, solo que esta vez mis padres hacían llamadas telefónicas muy emocionados. Al fondo, yo escuchaba: "¡¡Por fin hermano!! Corrí porque no quería perderme tanta emoción en la casa. Cuando llegué con prisa al negocio nadie quería atenderme; se escuchaba la televisión y los dueños parecían pendientes de ella. Yo golpeaba insistentemente con una “suegra” la ventanilla metálica del portón, y nada. Pasaron unos minutos y seguían sin atenderme.Insistí e insistí. Finalmente, salió una señora que apresuradamente tomó mi pedido y me despachó de inmediato.
Salí de regreso a casa tan deprisa como podía y a mitad del camino un desconocido se detuvo y me preguntó si conocía algún lugar para cambiar unos billetes por monedas, le señalé la tienda pero le advertí que no se hiciera muchas ilusiones porque no atendían pronto. Entonces, el hombre me observó con asombro unos segundos y dijo: "¿No sabés qué ocurre?", a lo que yo respondí  "Sí, mis padres dicen que ya no hay guerra, al menos fue lo que escuché que le decían a mis tíos". Con mucha emoción, el hombre extendió su mano en forma de saludo y repitió, por si yo no le había entendido, que ya se había firmado la paz. Nos dimos un apretón de manos como viejos conocidos y con la misma nos despedimos.
Veinte años después me percato que las monedas que necesitaba el hombre era para llamar a su familia y contarles que la guerra había terminado. Lo que no olvido es ese saludo y el asombro en los ojos de un desconocido. Una paz que toqué por primera vez en esas manos.