Nicaragua
Las letras de tu nombre
resisten los picos y las palas
que quieren derrumbarlas.
Ah, mi amado país
sin descanso.
Tu imagen es un mapa
de suelos y subsuelos.
En la superficie los engaños:
las arañas creciendo sus telas
para amordazarte y paralizarte.
La copa del dolor y la iniquidad
derramándose, fuente incontenible.
Llegan los aguaceros vengativos.
La tierra trepida sus escalofríos,
pero en mi mapa, en la capa del subsuelo,
voces y manos, a diario,
cavan túneles, ocultos de la crueldad.
Una tropa de minúsculos insectos,
termitas voluntariosas,
acuciosas muerden y destruyen
las mentiras que se alzan
cual fósforos y yesca maldita
sobre tu piel.
Un rumor de abejas y grillos
rodea los palacios de los gobernantes,
ensordece sus largas noches y sus días.
Asediados por la invisible persistencia,
ellos dan golpes a diestra y siniestra,
pero las colonias de hormigas con sus tenaces voluntades
tienen ejércitos de mariposas, libélulas y luciérnagas
que andan por el mundo mostrando las heridas;
cuentan la historia de cómo tus letras
derrotaron ya otras arañas, otros escarabajos comedores de mierda.
Cuesta hacer los túneles,
soportar el hedor de maleficios y maldades cotidianas,
pero los túneles se extienden,
se afloja la tierra bajo los pies de los tiranos.
Así ha de ser.
Así es y será.
Dure lo que dure el trabajo paciente de las termitas,
El edificio del poder caerá.
Gioconda Belli, 2022. Inédito