Los obsequios para atraer premios
Una bitácora de Frederick Meza
Publicado el 2 de Marzo de 2012
En la carrera electoral, los obsequios forman parte de la rutina para atraer votos. Los obsequios no son parte esencial para decidir voto, pero por mínimos que son, hacen un guiño especial para los salvadoreños, sobre todo los más pobres.

-Esa que está hablando es la que sale aquí, mirá.

-¡Ahhhh! Si es cierto, pero se ve bien rara.

-¡Jajajaja, parece muñeca!

La conversación era de dos niñas de la comunidad Tutunichapa II quienes observaban la fotografía de la candidata a diputada Mariela Peña Pinto en un vaso, que el equipo de campaña de Pinto les obsequió. Eran varias docenas de vasos, que desaparecieron uno a uno jalados por otra docena de manos impacientes por llevarse un vaso.

Peña Pinto había acompañado a un mitin al alcalde y candidato Norman Quijano en la comunidad Tutunichapa II, en las orillas del Acelhuate, cerca del mercado San Miguelito. Llegó a pedir el voto, pero no iba con las manos vacías. Llevó un centenar de canastas con alimentos básicos, donados por empresarios amigos.

-Para los políticos, el voto es un premio. Si han hecho las cosas mal, como los del partido gobernante, seguramente los van a castigar. Pero yo he luchado día a día y creo que merezco mi premio-, dijo en su discurso a los habitantes de la comunidad. 

Luego, comenzó a decir cuáles eran sus proyectos para su nuevo periodo. Entre la retahíla de promesas de obras para un futuro (bóvedas, cursos, seminarios, etc.), a dos jóvenes madres les llamó la atención uno solo.

¡Masoterapia! eso sí que me ayudará. Viera que soy buena en eso. A una señora le hago masaje y me dice que nadie tiene manos cómo yo… y a mi marido, los masajes que le hiciera…

-¡Jajajaja! Vos sos loca-, le dice su par. Ambas mujeres habían llegado desde la comunidad vecina 2 de mayo hasta la Tutunichapa 2, para observar el mitín, pero sobre todo, tratar de obtener un obsequio. No importaba qué, pero lo importante era llevarse algo. En sus manos ya habían tres vasos, dos camisas, y un bolsón con propaganda de Arena.

-No, en verdad, viera, lo que en verdad necesitamos en la nuestra comunidad es un programa para que nuestra juventud se le saquen esas malas ideas de la cabeza. Allá no han llegado. Quizás porque todavía estamos en espera, pero no, Norman no ha hecho nada. Sabe ¿quién sí hizo algo?, el finado Silva. Ese hombre construyó un muro y hasta allá abajo llegó-. La comunidad está siempre a las orillas del río, y hay que atravesar una quebrada, y hasta allí llegó, según ellas, el ex alcalde Héctor Silva, durante su periódo como funcionario edilicio. Además, ellas afirman que la comunidad está frecuentada por pandillas y bandas delincuenciales y no hay programas de prevención de violencia para los jóvenes. 

-Yo creo que Norman va ganar, sí, no hay que darse paja, eso es, sólo espero que se preocupe por nosotros-, sentencian, las mujeres de la 2 de Mayo. 

Mientras en la tarima principal, los vecinos se han amontonado por recibir su canasta. Los niños también hacen fila y pelean por una camisa. Otros, buscan llevarse un afiche de Norman, otros, las vejigas, otros…