Historias de terror parlamentario
Una bitácora de Sergio Arauz
Publicado el 7 de Marzo de 2012
Esta vez Sergio Arauz nos recuerda uno de los géneros más destacados en la narrativa de la historia política de El Salvador, y aunque suene trillado, nuestros políticos superan cualquier ficción.

Las libretas de varios periodistas esconden historias que parecen de ficción. Los empleados legislativos las comentan como mitos o leyendas. Unas se convirtieron en escándalo: son mitos basados en hechos reales o hechos reales que se convirtieron en mitos, a saber. Yo creo que el problema empieza en un privilegio que protege a nuestros diputados de casi de cualquier iniciativa seria de investigación. 

Los diputados tienen inmunidad: prerrogativa que los exime de ser detenidos, procesados y juzgados sin autorización de una autoridad compuesta por ellos mismos. También se le llama fuero, privilegio que tenía el clero para no juzgar a su personal en tribunales comunes. ¿Es lógico pensar que los diputados tengan disposición para patearse su misma cola?

De la historia reciente hay de todo. Desde la anécdota hasta la tragedia preocupante. La mayoría da para una investigación formal y profunda, digna de un fiscal fuerte a cargo de una Fiscalía fuerte. 

La leyenda más antigua de mi libreta comienza hace un poco más de 10 años. Dice de un diputado que tenía una cama y un bar en su oficina. Los empleados legislativos que recuerdan a este diputado del PDC de la vieja escuela cuentan que el legislador era gran aficionado a las orgías. Los oficinistas legislativos han mitificado el cuento, una historia basada en hechos reales. 

Hace casi ocho años llegó un cuento más oscuro. El cuento dice que un diputado de Arena llevó una maleta de dinero a Ahuachapán para pagar un fichaje de última hora. Arena quería reclutar un diputado del PCN y lo consiguió. Lo cierto del cuento es que el diputado fichado por Arena tenía casi 150 mil dólares en deudas, según la Superintendencia del Sistema Financiero. También fue cierto que un empresario prestó su helicóptero para realizar el viaje. Este diputado se convirtió en arenero de un día para otro. Ahora está en Gana y sus cuentas dejaron de ser investigadas.

Hace casi seis años un tímido y bonachón pecenista ganó una curul en la Asamblea Legislativa. El día de la toma de posesión llegó al pleno en un extravagante auto deportivo, un Maserati negro que llegó escoltado por guardespaldas montados en una camioneta Porsche Cayenne. El cuento del diputado terminó con un reconocido dirigente de Arena muerto tras pedirle medio millón de dólares a cambio de arreglar los problemas legales del pecenista que ahora guarda prisión en Estados Unidos. Conmovió a la clase política guanaca.

Hace casi dos años, un reportaje del periódico El Mundo reveló que tres diputados salvadoreños asesinados en Guatemala transportaban una maleta con 5 millones de dólares y posiblemente 20 kilogramos de cocaína. El texto periodístico revela que la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) determinó que el asesinato de los salvadoreños estaba relacionado con drogas. Este caso no pasó a más.

Hace unos días, un exministro de Arena publicó un tweet con otra historia espeluznante: un diputado llegó a una agencia bancaria a pagar una hipoteca de casi medio millón de dólares. El diputado en cuestión llevó el dinero en efectivo. La agencia bancaria le negó el trámite porque no pudo comprobar el origen de los fondos. El legislador, del partido Gana, está pidiendo el voto para la reelección.

El mito de un señor con un maletín lleno de dinero entrando a la Asamblea recorrió los pasillos legislativos antes de que yo comenzará a recoger apuntes. Yo creo que algo de cierto tiene. Hay más historias. Cuentos que parecen de ficción y que son reales. La inmunidad, la desidia, la negligencia es casi cotidiana. Vemos y oímos cosas que asustan, que no son normales. En El Salvador esto es normal.